Información general del curso.
Situación problemática en torno a la cual se desarrolla el curso.
Hacer efectivo el derecho a la educación exige garantizar que todos los niños, niñas y jóvenes tengan, en primer lugar, acceso a la educación, pero no a cualquier educación sino a una de calidad con igualdad de oportunidades. Es por esto que la atención a la diversidad es probablemente uno de los retos más fuertes que enfrenta el futuro docente de educación básica. En primer término, puesto que parte de que la diversidad es inherente al ser humano, se sustenta en el respeto a las diferencias y las tiene en cuenta a la hora de aprender; en segundo, porque se requiere un cambio de fondo de concepciones y prácticas educativas tradicionalmente centradas en planes de estudio uniformizantes que tienden a la normalización de los educandos sin reconocer precisamente la diversidad de formas de aprender, de trayectos divergentes y no universales en el desarrollo infantil, de contextos culturales de origen, de múltiples intereses, talentos personales que dan cuenta de formas diversas de expresar la capacidad para aprender y desarrollarse en el devenir de una persona.
Por otro lado, cuando se enfrenta a estudiantes que difieren en sus recursos, estilos y requerimientos de apoyo para aprender, la escuela ha respondido históricamente con actitudes de exclusión, con abordajes desde la teoría del déficit personal y con propuestas de etiquetación desde los discursos médico-rehabilitatorios. Históricamente, en nuestro país se ha segregado, discriminado y limitado en sus oportunidades de desarrollo y aprendizaje a las personas con algún tipo de discapacidad, a los indígenas, a las mujeres, a los menores que pertenecen a lo que hoy se denomina infancia vulnerable, negando asimismo su condición de educabilidad.
De la escuela se esperan acciones que puedan formar a los estudiantes en actitudes de aprecio a la diversidad, la promoción de iniciativas capaces de revertir los procesos históricos de segregación y la adopción de una perspectiva que valore y atienda las necesidades de cada individuo. Se busca por tanto establecer los cimientos para que la escuela pueda educar con éxito a la diversidad de sus alumnos y colaborar con la erradicación de la desigualdad e injusticia social.
La acción educativa requiere tomar en cuenta las individualidades desde un planteamiento global, donde se personalicen los procesos de enseñanza- aprendizaje. Un factor clave es por supuesto la formación de los agentes educativos, aunado al cambio de mentalidades y prácticas, al facultamiento de las personas en situación de desventaja y a la posibilidad de trabajar en la construcción de aulas inclusivas.
Hacer efectivo el derecho a la educación exige garantizar que todos los niños, niñas y jóvenes tengan, en primer lugar, acceso a la educación, pero no a cualquier educación sino a una de calidad con igualdad de oportunidades. Es por esto que la atención a la diversidad es probablemente uno de los retos más fuertes que enfrenta el futuro docente de educación básica. En primer término, puesto que parte de que la diversidad es inherente al ser humano, se sustenta en el respeto a las diferencias y las tiene en cuenta a la hora de aprender; en segundo, porque se requiere un cambio de fondo de concepciones y prácticas educativas tradicionalmente centradas en planes de estudio uniformizantes que tienden a la normalización de los educandos sin reconocer precisamente la diversidad de formas de aprender, de trayectos divergentes y no universales en el desarrollo infantil, de contextos culturales de origen, de múltiples intereses, talentos personales que dan cuenta de formas diversas de expresar la capacidad para aprender y desarrollarse en el devenir de una persona.
Por otro lado, cuando se enfrenta a estudiantes que difieren en sus recursos, estilos y requerimientos de apoyo para aprender, la escuela ha respondido históricamente con actitudes de exclusión, con abordajes desde la teoría del déficit personal y con propuestas de etiquetación desde los discursos médico-rehabilitatorios. Históricamente, en nuestro país se ha segregado, discriminado y limitado en sus oportunidades de desarrollo y aprendizaje a las personas con algún tipo de discapacidad, a los indígenas, a las mujeres, a los menores que pertenecen a lo que hoy se denomina infancia vulnerable, negando asimismo su condición de educabilidad.
De la escuela se esperan acciones que puedan formar a los estudiantes en actitudes de aprecio a la diversidad, la promoción de iniciativas capaces de revertir los procesos históricos de segregación y la adopción de una perspectiva que valore y atienda las necesidades de cada individuo. Se busca por tanto establecer los cimientos para que la escuela pueda educar con éxito a la diversidad de sus alumnos y colaborar con la erradicación de la desigualdad e injusticia social.
La acción educativa requiere tomar en cuenta las individualidades desde un planteamiento global, donde se personalicen los procesos de enseñanza- aprendizaje. Un factor clave es por supuesto la formación de los agentes educativos, aunado al cambio de mentalidades y prácticas, al facultamiento de las personas en situación de desventaja y a la posibilidad de trabajar en la construcción de aulas inclusivas.
Propósitos del curso.
Promover en los futuros docentes la apropiación de una perspectiva social de la diversidad capaz de generar recursos educativos que incidan tanto en el fortalecimiento de los educandos como en la generación de condiciones favorables a su aprendizaje en un marco de aprecio a las diferencias individuales.
Desarrollar en los futuros docentes una serie de competencias orientadas a la conformación de aulas incluyentes, caracterizadas por el respeto y aceptación de la diversidad en sus múltiples manifestaciones, y donde todos los educandos encuentren oportunidades de aprender y desarrollarse armónicamente.
Identificar ámbitos de problemática y líneas de intervención prioritarias en la educación básica susceptibles de ser atendidas por los docentes de este nivel educativo que permitan favorecer la equidad de género, la inclusión educativa y social de los educandos con discapacidad o en situación vulnerable, así como el diálogo intercultural.
Promover en los futuros docentes la apropiación de una perspectiva social de la diversidad capaz de generar recursos educativos que incidan tanto en el fortalecimiento de los educandos como en la generación de condiciones favorables a su aprendizaje en un marco de aprecio a las diferencias individuales.
Desarrollar en los futuros docentes una serie de competencias orientadas a la conformación de aulas incluyentes, caracterizadas por el respeto y aceptación de la diversidad en sus múltiples manifestaciones, y donde todos los educandos encuentren oportunidades de aprender y desarrollarse armónicamente.
Identificar ámbitos de problemática y líneas de intervención prioritarias en la educación básica susceptibles de ser atendidas por los docentes de este nivel educativo que permitan favorecer la equidad de género, la inclusión educativa y social de los educandos con discapacidad o en situación vulnerable, así como el diálogo intercultural.
Competencias.
COMPETENCIAS DEL PERFIL DE EGRESO A LAS QUE CONTRIBUYE EL CURSO:
COMPETENCIA DEL CURSO:
Competencias específicas.
COMPETENCIAS DEL PERFIL DE EGRESO A LAS QUE CONTRIBUYE EL CURSO:
- Propicia y regula espacios de aprendizaje incluyentes para todos los alumnos, con el fin de promover la convivencia, el respeto y la aceptación.
COMPETENCIA DEL CURSO:
- Genera aulas inclusivas donde se aseguran la presencia, el aprendizaje y participación de todos los educandos en un clima de respeto y aprecio a la diversidad y a los derechos de los otros.
Competencias específicas.
- Saber comprender y problematizar a partir de marcos explicativos sustentados en procesos de transformación histórico-social y aproximaciones teórico-metodológicas, los cambios educativos y sociales que han arribado en la propuesta de atención a la diversidad en el marco de la educación para todos.
- Identifica recursos para intervenir en situaciones escolares complejas que requieren de la adopción de una perspectiva social y del análisis de problemáticas generadoras de discriminación, exclusión y marginación, en particular con alumnos que viven en situaciones de vulnerabilidad asociadas a discapacidad, género y por provenir de comunidades indígenas.
- Analiza contextos escolares y de vida de educandos desde una perspectiva intercultural basada en el respeto a la identidad cultural que le permitan generar acciones para la eliminación de barreras a la presencia, aprendizaje y participación de alumnos provenientes de culturas indígenas.
- Comprende su potencial y el del colectivo de docentes de educación básica en el que participa para la generación de recursos profesionales que conformen aulas inclusivas capaces de revertir los procesos de exclusión social, promover el desarrollo humano y respetar los principios de justicia, equidad e igualdad de oportunidades en la educación.